¿Qué es un berrinche?
Es la reacción de los pequeños ante situaciones que les causan frustración, enojo, angustia o miedo y, al no saber cómo expresar o regular sus emociones actúan de forma incontrolable.

Alternativas para manejar un berrinche de forma asertiva:
Para el manejo de berrinches se necesita amor y paciencia para que los pequeños se sientan apoyados.

Antes:
• Evita una situación: si sabes que una situación frustra demasiado a tu pequeño y lo desborda, lo mejor será evitarla hasta que logren enfrentarla de otra manera.

Durante:
• Distráelo o cambia el foco de atención: es decir, en la medida de lo posible, intenta distraer al pequeño con algún objeto u otra actividad, para cambiar el foco de atención de algo que «no se puede», por otra cosa que «sí se puede». Por ejemplo: puedes preguntarle acerca de las características de un juguete, eso hará que el infante centre su atención en otra cosa y también se esfuerce mentalmente en responder. Asimismo, no es recomendable que lo distraigamos con un juguete y seamos muy persistentes al mostrárselo, ya que, esto puede generar más estrés o frustración en el pequeño.


• Dale opciones para elegir, de esta manera el niño sentirá que tiene cierto control: si es adecuado, se le puede dar la opción al pequeño de elegir lo que desea hacer, por ejemplo:
¿Quieres bañarte antes o después de comer? ¿Prefieres llevarte tu carrito o este muñeco para jugar mientras te bañas?


• Mantén la calma: nunca hay que reaccionar a una rabieta con otra rabieta, ya que, la forma de actuar del adulto será un ejemplo fundamental para que el pequeño aprenda a cómo manejar una situación.


• Permite que llore o se exprese a su manera: hay que dejar que el pequeño exprese sus emociones hasta que el berrinche pase.

Dale contención: si percibimos que a nuestro pequeño le está costando mucho trabajo controlar sus emociones y el berrinche no pasa, podemos hacerle saber que estamos para él con frases como “Te voy a ayudar a que salgas de esto”, “No estás solo”, de igual manera, podemos cantarle, mecerlo, abrazarlo o hamacarlo, siempre y cuando él nos lo permita.


No cedas ni lo premies para detener el berrinche: es importante que no cedamos a darle o hacer lo que el pequeño quiere, ya que, debemos ayudarle a entender que un berrinche no lo acercará a ninguna solución, ni es la manera para obtener algo.


Asegúrate de que el lugar donde se encuentre sea un lugar seguro: si ves que cerca del pequeño hay algo que lo pone en riesgo o él puede dañar a alguien más, cámbialo de lugar y quédate cerca hasta que el berrinche pase, en dado caso de que percibas que el niño está a punto de perder el control dile que lo dejarás por un momento y regresarás pronto para saber cómo sigue.

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