Antes de que tu peque aprenda a nadar, es necesario que venza el miedo al agua, por lo que, te presentamos cinco consejos para lograrlo:
1.-Proporciónale seguridad: para vencer el miedo, es necesario que el peque se sienta seguro en el entorno acuático. Por eso, sus primeros contactos deben realizarse siempre en compañía de un adulto que le proteja y evite que el niño se lleve algún susto, que incremente su miedo.
2.-Adaptación progresiva: el contacto con el agua, tanto del mar como de la piscina, debe realizarse en pequeños pasos. En vez de meter de golpe al peque en el agua, es mejor jugar con él un rato en la orilla, o sentado en el bordillo, para que note las primeras sensaciones.
3.-No obligarle: forzarle a bañarse o castigarle y reprenderle por no querer hacerlo tan solo servirá para aumentar la hostilidad del peque hacia el medio acuático. Se debe tener paciencia, no acelerar la inmersión y dejar que él mismo establezca su ritmo.
4.-Prestarle ayuda instrumental: flotadores, manguitos, burbujas o chalecos son algunos de los instrumentos acuáticos que se pueden proporcionar al pequeño para incrementar su seguridad en el agua. Es preciso mostrarles poco a poco, nunca de golpe, que gracias a estos objetos pueden
mantenerse a flote. Recuerda que siempre hay que comprobar que sean seguros y que estén adaptados a la edad del pequeño.
5.-El agua como juego: a través del juego se puede conseguir que los niños pierdan el temor al agua y que, en vez de percibirla como un elemento peligroso, la consideren como un medio divertido.
La natación no solo es un entrenamiento muy útil para evitar ahogamientos infantiles, sino que es muy beneficioso para aumentar la capacidad respiratoria y pulmonar de los niños, y estimular su desarrollo psicomotor.
Aquí te presentamos algunos trucos para ayudar a tu peque a perder miedo al agua y sentirse seguro.
1.-Enséñale a hacer burbujas para controlar la respiración
Para enseñarle a respirar de forma correcta, lo mejor es ensayar antes en la bañera, para él será un juego, pero estará practicando una respiración fundamental para aprender a nadar. Pídele a tu peque que coja aire o inspire por la nariz, después que contenga la respiración por unos segundos, y luego sumerja la boca al agua y expulse el aire por la boca haciendo burbujas en el agua. No hace falta que meta toda la cabeza bajo el agua. Puede hacerlo primero tú, para que tu peque vea y aprenda. Repite este ejercicio varias veces hasta que tu peque se sienta a gusto haciéndolo.
2. Enséñale a meter la cabeza en el agua
Una vez que el niño ya se divirtió con el juego de las burbujas, es hora de dar un paso más. Pídele que al hacer las burbujas meta la cara en el agua, al principio bastará que lo haga por uno segundos, es decir, el tiempo que el peque se sienta seguro. La primera vez le sorprenderá, pero al ver que las burbujas siguen saliendo y que no ocurre nada, perderá el miedo, una vez que haya perdido el miedo dile que
intente meter toda la cabeza en el agua utilizando el mismo juego. Si se asusta por el ascenso de las burbujas por la nariz, pídele que lo intente con la cabeza mirando hacia un lado.
3. Enséñale a mover las piernas y los brazos
Para que tu peque aprenda a mover las piernas dentro del agua, sujétale con la mano por la barriga y ayúdale a mantenerse horizontal, perpendicular al suelo de la piscina. Los niños tienden a hundir las piernas y el cuerpo al principio, pero antes de que eso ocurra pídele que mueva sus piernas hacia arriba y abajo, sin flexionar las rodillas.
Una vez que aprenda a mover las piernas, tu peque debe aprender a mover los brazos, para ello será necesario dar brazadas con los brazos estirados hacia delante, moviéndolos arriba y abajo, mientras lo sujetas por el abdomen. Pídele que practique estos ejercicios con las piernas y los brazos, varias veces.
4. Coordinación de los movimientos de brazos y piernas
Ahora debe coordinar los dos ejercicios anteriores, el de las burbujas y el movimiento de piernas, para esto será necesario que lo sujetes por las axilas y le pidas que haga burbujas mientras mueve las piernas. Una vez aprendido esto deja que lo practique él solo.
Cuando ya tenga confianza en sí mismo y esté practicando burbujas y movimiento de piernas, suéltale unos segundos para que se dé cuenta de que puede hacerlo solo. Así aprenderá a mantenerse a flote en el agua.
5. Estando en la piscina, empiecen en donde no cubre el agua
Cuando tu peque ya pierda el miedo al agua, puede empezar a aprender a moverse en un sitio en el que pueda tocar el fondo con sus pies. Esto le ofrecerá seguridad y confianza para seguir aprendiendo a nadar, ya que, uno de los principales problemas de los niños al aprender a nadar es el miedo a hundirse. Si sabe que puede apoyar los pies, el miedo desaparecerá y eso le dará una dosis extra de confianza.
Nota importante: recuerda que tu peque no aprenderá en un minuto, ni en un día, por eso hay que tener paciencia y respetar su proceso, pero con ayuda de estos ejercicios y de la práctica diaria, el niño aprenderá a nadar.
La motivación que le ofrezcas es esencial para que tu peque aprenda a nadar bien.